viernes, 30 de diciembre de 2016

Cinco letras

A veces me pregunto si me extrañas, si me quieres y comprendes.
A veces tardo menos de un segundo en decirme «no lo dudes, ni un segundo».
Y ahora entiendo que el amor es incompleto,
ahora entiendo eso de que la distancia es un libro que nadie quiere leer, pero yo soy un kamikaze; un suicida emocional, y tal vez sea raro, pero la distancia me alimenta, me hace soñarte despierto, me hace quererte más, y me hace darme cuenta de que la palabra amor lleva tu nombre; ahora tiene cinco letras.

sábado, 17 de diciembre de 2016

Nunca tuve miedo

Nunca tuve miedo de mirar al lado y no ver a nadie;
nunca tuve miedo porque me bastaba con mirar al frente y ver el sol.
Nunca tuve miedo de caminar con los ojos cerrados;
nunca tuve miedo porque no había obstáculos que me hicieran tropezar. 
Nunca tuve miedo de escuchar ruido en mis oídos;
nunca tuve miedo porque aquel ruido solo era envidia en bocas vacías.
Nunca tuve miedo de saltar al vacío;
nunca tuve miedo porque ya había tocado fondo.
Nunca tuve miedos, a excepción de uno;
tuve miedo a enamorarme, pero logré superar ese miedo.
Y ahora que la amo, tengo miedo a perderla.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Idiota

Sólo un idiota puede ser capaz de tirar al suelo una vida; una vida junto a ella, miles de besos que se fundían en abrazos, miles de noches soñando en la misma cama, miles de despertares, más de cien películas desde aquel sofá que los vio soñar y que hoy se queda vacío. Y todo por culpa de ese idiota que olvidó que tenía una vida, por ese idiota que se dejó llevar, por ese idiota que sin darse cuenta, la perdió.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Amor inexplicable

No busques primaveras en sus besos,
ni otoños de café con argumentos.
No quieras convencer a sus impulsos
de hacer locuras sin remordimientos.

No busques su mirada ante tus ojos,
ni risas, ni sonrisas tras un chiste;
tan sólo le sonríe a sus complejos,
a menos que su día fuese triste.

Y tú sin darte cuenta estás soñando,
follando y compartiendo despertares;
con alguien diferente estás amando.

Creías que el amor se hallaba en bares;
hablando, conociendo y conquistando.
Y al fin te diste cuenta en otros lares.

jueves, 1 de diciembre de 2016

"Tenía que despedirme de él"

Cuando todo es amor y magia entre los dos, hay palabras que delatan y desconciertan, palabras que hacen desaparecer la magia, palabras que hacen desconfiar, palabras que duelen.

Cuando pensaba que ella era alguien diferente, que era la persona que el destino había decidido que llegase a mi vida para quedarse, sentí como si mi dedo meñique del pie se hubiera golpeado con la pata de una mesa.

Es ahora, sentado junto a la ventana en el autobús y viendo la lluvia caer, cuando comprendo que aquellas palabras me están empezando a doler. Sé que me quiere, sé que fue antes de tenerme; pero sé que sucedió cuando ya pensaba en mí, y eso me duele.

Lo hizo para cerrar un capítulo de su vida, un capítulo con una última página que no puedo, ni quiero leer.

Ahora toca esperar a que las nubes se alejen, y que mientras tanto, no sea yo quien lleve el paraguas, y es que hoy mi ciudad se tiñó de gris,
una vez más.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Vidas no correspondidas

Él, sueña con ella.
Ella, sueña con otro.
Él, aún la quiere.
Ella, aún lo quiere.
Se quieren, 
pero de diferente forma. 

Él la ama y ella lo sabe.
Ella no lo ama y él no quiere creerlo.
Ella cree que él sufre.
Él cree que ella no sufre, pero sí, lo hace.
Y mientras tanto,
el otro, sufre por ella.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Relato de un corazón suicida

Erase una vez un corazón que caminaba descalzo con la mirada perdida y sin destino aparente, que amaba la soledad, no tenía miedo a la oscuridad y su color favorito era el amarillo.

Vivía a las afueras de la ciudad, tranquilo, viendo películas románticas con final feliz, escuchando canciones con final no tan feliz, leyendo poesía y escribiendo; escribiendo sus miedos y desamores, y haciéndolos música en su piano. Creía ser un corazón feliz pero sabía que algo le faltaba, y sabía lo que era, aunque intentaba evitarlo. 

Era un corazón cobarde que soñaba con amar, pero tenía miedo; miedo a soñar despierto, miedo a volar sin paracaídas, miedo a hacerse daño, y a que se lo hiciesen, miedo a querer, miedo a no saber amar y, sobre todo, miedo a no ser amado.

El invierno se fue, llegó la primavera, un nuevo verano, otro otoño más y todo seguía igual, a excepción de su color y su apariencia; lucía un rojo desgastado y algo más flaco, ahora tenía un miedo más, pero tras veintitrés primaveras se dio cuenta que era el momento de volar y dejarse llevar. Abrió la puerta a otros corazones, perdió sus miedos y comprendió que el amor no era su enemigo. 

Al fin, era feliz.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Limerencia

No existe una palabra más precisa,
que pueda describir a mi sonrisa.

domingo, 30 de octubre de 2016

Llegaste tan de repente,
que no tuve tiempo
ni de contar
hasta diez.

domingo, 23 de octubre de 2016

Creía, y a la vez moría

Creía saber respuestas de preguntas que la vida aún no me había hecho.
Creía que mi vida estaba hecha para ser un viajero solitario con el corazón en la mano y palabras tatuadas en el cuerpo; palabras que solo yo podía leer.
Creía saberlo todo de los sueños, cuando ni siquiera soñaba.
Creía ser soledad y modestia en medio de un huracán, cuando tan solo era silencio en medio de un montón de gente.
Creía en el amor, pero nunca lo vi.
Creía, y a la vez moría.

Pero un día abrí los ojos, viví, sentí y todo se volvió gris. La ingenuidad se marchó y la cruda realidad se mostró desnuda ante mis ojos, pero esa realidad puso de nuevo mi corazón en su sitio.

Las palabras se mudaron de piel, ahora residen en mis canciones y en hojas de papel.
Ahora sueño, pero no entiendo mis sueños.
La soledad se cubrió de tus besos, y el silencio se convirtió en palabras cuando en mi vida apareciste tú.
Ahora, todo volvió a cambiar de color. 
Ahora, creo que soy feliz.

sábado, 1 de octubre de 2016

No es tan fácil...

No es tan fácil decir lo que sientes y lo que piensas en cada momento. 
No es tan fácil ser tú mismo cuando estás con alguien, es difícil si ese alguien no es la persona adecuada.
No es tan fácil encontrar a esa persona con la que seas capaz de compartir tus sentimientos, tus emociones, tus miedos, tus debilidades, lo mejor y lo peor de ti. 

Y a veces no somos capaces de ver a esa persona, o quizá, tenemos miedo de que realmente sea ella. Y es que el mundo tras una pantalla puede dar miedo, a mí ahora mismo me está dando miedo. Sí, el puto miedo otra vez, aunque esta vez no fui yo quien se dio cuenta de que ahí estaba.

Pero el miedo a veces es puro atrezzo, y solamente está ahí porque siempre o casi siempre suele ser esa nube que está en el fondo de cualquier instante bonito, pero que no somos capaces de ver. Tal vez, si la viésemos desde el primer momento, todo sería diferente. No me preguntes si sería mejor o peor, porque aún no lo se.

Del mismo modo que a veces no somos capaces de verla, puede suceder lo contrario. Sí, que aquella persona que aparece en tu vida en el momento más inesperado, sea esa pieza, la pieza que encaja. Suena demasiado a tópico, lo sé, pero si desde esa pantalla eres capaz de sentir, de reír, de creer, de esperar y de soñar, ¿Por qué no puede ser todo igual en nuestro mundo real? No me vale pensar que no es la pieza que va a encajar en mi vida, que no es la pieza que parecía ser o que yo quería que fuese, ni siquiera, que no es la pieza que ahora necesito. No es tan fácil, pero yo quiero comprobarlo. 

¿Por qué no iba a hacerlo?

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Almas paralelas

Nacimos en un mundo con cientos de miles de millones de estrellas, miles de millones de galaxias, otro innumerable número de planetas, y entre otras cosas, varios sistemas planetarios. Pero solamente soy capaz de hablarte de uno: el sistema solar; ocho planetas y el Sol, y uno de esos planetas es donde nosotros vivimos. Sí, la Tierra, un planeta acompañado de la Luna, con una superficie de quinientos diez millones de kilómetros cuadrados, y que cuenta con cinco continentes y ciento noventa y cuatro países, hasta ahora conocidos. 

Y sí, tal vez fue casualidad, pero...
Tú y yo, en un mismo continente, con cincuenta países diferentes.
Tú y yo, en un mismo país, con más de quinientos mil kilómetros cuadrados.

Y precisamente tú,  

solamente a ciento setenta kilómetros de mi.

Y sí, tal vez fue casualidad, pero... 
Tú y yo, tan diferentes y a la vez tan parecidos.
Tú y yo, con pensamientos e ideas que parecen ser afines.
Tú y yo, con historias paralelas que terminan siempre igual.
Tú y yo, dos corazones que aún están por encontrarse. 

Y sí, solamente a ciento setenta kilómetros de ti. 

jueves, 22 de septiembre de 2016

Tempestad de otoño

Palabras indecisas se originan,
al fondo del sabor de tus caricias,
relucen y al final se difuminan,
al darnos cuenta de que son ficticias.

Tal vez el despertar con tu mirada,
es como aquella flor que resplandece;
se luce en el final de temporada
y muere cuando el viento se aparece.

Ahora, ya no sé que es lo que queda,
pues mis latidos se han desvanecido,
cual hoja seca bajo la arboleda.

Y al ver que nuestra llama ha fallecido,
nos hemos convertido en fina veda;
en dos extraños y uno, consumido.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Un suicida emocional






Reflejo en este diario lo vivido,


pues puede ser terapia emocional


que calme a un corazón que se ha escondido

en calles con destino irracional.


Escucho las palabras que se ocultan


tras lágrimas cargadas de ambición,


recorren cicatrices y resultan


ser notas de poemas sin ficción.





No busques un final alternativo,


ni dar sentido a todo lo que escribo,


no todo lo vivido es objetivo.





Yo sólo escribo aquello que percibo, 

que pienso y considero algo emotivo, 

pues todo lo que siento aquí describo.


lunes, 15 de agosto de 2016

Soneto en una noche de verano

Juguemos a ser dos adolescentes,
que matan la inocencia con caricias,
y envuelven corazones inocentes,
en besos que desatan evidencias.

Tenemos un verano para amarnos,
noventa noches para desearnos,
Si entonces no pudimos encontrarnos,
es el momento de poder soñarnos.

Lo malo es que el soñar te atemoriza,
y a mí eso es algo que me hace temblar,
pues solo el verte lejos me horroriza.

Debemos en tus sueños lastimar
al duende que te ha vuelto asustadiza;
unidos, para al fin poder amar.

lunes, 8 de agosto de 2016

El amor es para valientes

Nueve de la mañana del segundo lunes de agosto, cojo el móvil y miro Twitter;
 «El amor es para valientes», es la frase que contiene el primer tweet que mis ojos observan. Es entonces, cuando de forma inconsciente sale de mi boca una sola palabra: cobarde.

Hasta ese momento no me había parado a pensar en dos caminos que tenemos para elegir en ciertas ocasiones; el camino de la valentía y el camino de la cobardía. Lo sencillo, es tomar la última dirección y recorrer el camino impasible, siendo incapaz de afrontar esa dificultad que tu cabeza o tal vez tu corazón, creen que no lograrás. Pero, ¿De qué sirve vivir si no sabemos vivir?. Aunque hay circunstancias que nuestra cabeza no es capaz de afrontar, tal vez, porque está segura de que no podremos alcanzar el objetivo o simplemente, por miedo a hacerlo.

Lo difícil pero atractivo (al menos para mí) es tomar la otra dirección. Elegir el camino que te llevará a la superación, al éxito, a la felicidad y quizás al fracaso, pero como dicen por ahí «quien no arriesga no gana».

He de decir que éste, es un camino que mi cabeza conoce a la perfección, pero no podrá decir lo mismo mi corazón. Tal vez sea defecto de fábrica o que la cobardía es el aliado perfecto de la timidez, en lo que al amor se refiere. Yo apostaría por la segunda opción.

Creo que ya va siendo hora de enfrentarme a estos dos abusones, y bueno, aún es lunes ¿qué mejor día para empezar a cambiar las cosas? 

jueves, 4 de agosto de 2016

En cuarenta y una palabras

Calmar las cicatrices de tus miedos;
mi droga más preciada.
Rozar la punta de todos tus sueños;
anhelo nunca hallado.
Canciones con Te quiero y sin enredos;
deseos de una amada.
Buscar en tu baúl besos sureños;
anhelo, al fin hallado.  

jueves, 28 de julio de 2016

3:40

Te vi pasar en mi canción;
tres minutos y cuarenta segundos.
Se acabó, y te perdí.

viernes, 15 de julio de 2016

Carta a una desconocida

Nunca escribí un diario, ni siquiera escribí cartas. Quizás, no aprecié las palabras que mi corazón dictaba, pero todo ha cambiado; mi corazón grita y mis dedos se sienten obligados a transcribir cada latido y cada suspiro.

Me gustaría creer que detrás de tu sonrisa se encuentra una esperanza oculta que empieza a deslumbrar.
Me gustaría tener el valor de saludar a esa sonrisa y pelear con tu mirada, sin que tus ojos verdes aniquilen mis sentidos.
Me gustaría escuchar como palpita tu alocado corazón, que no es consciente de ser el punto de mira de un suicida emocional que vio inevitable clavar la mirada en tus pupilas.

Y es pasar a centímetros de ti y pararse el tiempo en tu mirada, que responde adueñándose de mis pensamientos y suscitando miradas cruzadas tan extrañas y a la vez tan conocidas, tan sutiles y a la vez tan atrevidas, tan impasibles y a la vez tan electrizantes que provocan un cortocircuito en mis sentidos, y es por esta razón, por la que mis piernas sienten miedo a aferrarse al elixir de tu mirada; siguen corriendo...y se alejan, se fugan con el viento que envuelve una timidez que a veces es tan cruel, que solamente se aleja cuando miro hacia atrás y ya no estás. 

De nuevo, las palabras no se dejaron ver.


No tuve el valor de pronunciarte una sola palabra, ni un saludo, ni un sincero hasta pronto. Tal vez, tenía la esperanza de que tus labios se manifestaran primero.


Sin saber como he de terminar me despido, al menos, en esta carta.


Hasta las próximas palabras,


Un suicida emocional.


viernes, 1 de julio de 2016

Deseos

Cambiemos un instante por cien besos,
cien besos por soñarte en cada verso,
un verso con pecados inconfesos,
por ser la otra mitad de tu universo.

No quiero ser un  árbol que florece,
al ver que el mes de abril hace su hechizo,
seis meses; el otoño se enfurece
y el suelo se volvió resbaladizo.

Ahora, solo pienso en tus caderas,
que han vuelto esquizofrénico a mi juicio,
en noches de mentiras verdaderas.

Y hagamos de esta historia nuestro inicio,
plagado de rosales y praderas,
que junto a ti serán mi eterno vicio.

viernes, 24 de junio de 2016

Y es en ese instante...

Hay momentos que recuerdas en la vida, no por ser bonitos, ni siquiera por alegres. Son segundos en los que alguien te recuerda que no conseguirás nada, quedarás allí estancado sin salir de ese agujero.

Y es en ese instante, en el que una madre cae desconsolada al escuchar palabras envenenadas, que llegaron tan adentro que lograron derrotarla. 

Y es en ese instante, cuando mi corazón palpita más deprisa y me digo "mi futuro solo es mío, yo seré quien lo construya". Y de repente, esa mochila que cuelga de la espalda que hasta ese instante estaba vacía, ahora está llena de piedras. 

Abres los ojos y solo ves una montaña tan alta que no te deja ver el sol, pero eso no te hunde, sino que te hace más fuerte. Decides dar el paso, escalar esa montaña, es la etapa de tu vida.

Y es entonces, cuando miras hacia el frente, ves que la cima está más cerca y aquello que quedó atrás solo forma parte de tus huellas. 

Caminas con paso seguro y aunque encuentres mil obstáculos, a tu lado está esa madre que te sigue desde cerca, y te da su mano para que te apoyes y sigas caminando, hasta llegar a donde ahora mismo estás, en esa cima que te indica el final de este camino. 

Ahora, nadie es más fuerte que mi propio espíritu, que me reta a alcanzar otro objetivo. 

Y es ahora, cuando me pongo a recordar aquel instante en el que no creyeron en mi, ese instante que permaneció en el baúl de mis recuerdos durante diez años, y por eso, hoy es el momento de hacer limpieza y volver a empezar desde cero.

viernes, 17 de junio de 2016

Con fecha de caducidad

No tengo ni idea de por qué el destino siempre me depara el mismo fin. Parece ser que mis historias de «algo» que ya no sé si es amor, tengan fecha de caducidad, y es que, cuando menos lo espero... el amor me da la espalda.

Y precisamente ahora, cuando mi mar está en calma, una intensa duda se acurruca entre mi pecho; ¿Soy yo, o es que no estoy hecho para amar? Por más que pienso no logro encontrar una respuesta.

La verdad es, que siempre soy yo el que termina peor de los dos, quizás siempre sea el más débil o el que ama un poco más, no lo sé.

Ahora vivo con heridas en forma de cicatrices, y solo me queda mirar al frente y ver esa botella vacía, sin una gota de ron que me ayude a olvidar ese mal sabor de boca que me dejaron sus labios cuando pronunciaron un gélido adiós, mientras su mano derecha sostenía una maleta llena de recuerdos e ilusiones que se fueron. 

Sí, se marcharon contigo.

Tal vez nunca leas o escuches estas palabras, pero si lo estás haciendo, te deseo que encuentres a esa persona que consiga conmover a tu caprichoso corazón, que hasta ahora nadie ha logrado seducir. Y podrás amar, al menos, una décima parte de lo que yo te amé.