miércoles, 1 de septiembre de 2021

Ella, luna llena


La volví a ver, y de nuevo, volví a sentir. No sé qué tendrá en su mirada, en sus gestos, en sus palabras, en sus manos, que es fácil quedarse ahí enfrente mirando cómo brilla e ilumina todo lo que hay a su alrededor. Ella es luz, primavera, verano; ella es vida, dulzura, locura.

Sabía que la volvería a ver, pero no pensé que sería igual que antes. Un verano de por medio, y no había silencios incómodos, ni rencores, no había nada más que dos amigos que tenían ganas de verse, y de ver a los demás.

Ha sido un verano diferente; un verano dulce; un verano amargo; un verano rodeado de gente; un verano en el que no he congeniado con mi soledad. A veces pensaba que todo era porque esa chica seguía en mi cabeza: me había dejado tocado y había trastocado mi cordura, llevando mi cabeza a la locura, y viendo una ciudad viva, pero sin luz, porque llegué a pensar: 'Madrid sin ti, se apaga'. 

Creo que mi corazón se obsesionó con ella, se quiso aferrar a un corazón que aún tenía heridas de guerra, a ese corazón que pedía un respiro, y a ese corazón que no latía al mismo compás que el mío. 

Instauré mi propia ley, la de no escribirla, ni llamarla; la de intentar olvidarla. Una ley un tanto egoísta, y tal vez, cobarde, pero que ella supo entender, o al menos, eso me hizo ver. Necesitaba desconectar y huir si no quería sufrir. 

Los días pasaban, la marea bajó, y mi corazón volvió a la calma. Pero ayer, ella volvió a estar frente a mí, y tras vernos, me envió un mensaje que provocó que la marea subiese, de nuevo, a mi corazón. Y horas después, mientras una tormenta eléctrica iluminaba y se hacía escuchar en mi habitación, comprendí que ella es como la luna llena, que cuando es capaz de alinearse con el sol y la tierra, la marea se altera, la marea sube.

Sí, pura magia.

Y yo, aquí estoy, intentando remar de nuevo a la orilla, remando solo, pero con ganas de pisar tierra, y comenzar de nuevo. Quizás sea en Madrid, o en el pueblo que me vio crecer, o tal vez sea Dublín. No lo sé...