martes, 3 de enero de 2017

Llegó enero, y con él las decepciones

No ha terminado el 1 de enero y ya me he llevado la primera decepción del año. Siento rabia por ser como soy; iluso, confiado, y al fin y al cabo, un ingenuo. 

No sé si ha sido ella la que se ha equivocado o fui yo quien lo hizo, por arriesgarme y adentrarme en una vida que aún tiene capítulos sin terminar. 

Yo siempre he sido desconfiado y miedoso en lo que respecta al amor. Nunca vi ni sentí un corazón que fuese compatible al mío, nunca, pero sabía que tarde o temprano aparecería el corazón adecuado o al menos ese que provocara taquicardias al mío. A día de hoy, parecía haberlo encontrado. 

Ahora mismo solo puedo escuchar "Me gustaría" en bucle, tal vez, Ojeda pueda ayudarme.




No, no ha podido hacerlo, o al menos como yo quería. No soy capaz de mirarla, pero tampoco de decirle adiós, aunque me duele no hacerlo, ya que una parte de mí cree que he de dar ese paso. 

No puedo dormir, son las dos y diez de la mañana, y aunque ya es día dos, la rabia sigue dentro, y es que me cuesta creer que sus primeros besos del año no fueran para mí, y duele, mucho.

Me es inevitable recordar mi primer post aquí; vuelvo a sentir esa misma sensación, y aquella pregunta regresa de nuevo. 

¿Qué hago? No sé qué hacer, joder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario