No sé cuál es la fuerza que surge cuando nuestros cuerpos están cerca, pero sé que es tenerte cerca y empezar a temblarme las piernas; te beso y mis tripas rugen (y no de hambre, sino por tí); te sientas en mis piernas, me miras, y todo el ruido y lo que habita en mi mente, desaparece.
Pulso el botón REC en mi cabeza; se empieza a grabar cada palabra, cada beso, cada suspiro, cada detalle, cada décima de segundo que estoy a tu lado.
Desde la distancia, y a cada instante, recuerdo aquellos momentos y sonrío, después te echo de menos, me pongo triste y pienso que en pocos días o incluso en horas te volveré a ver, y entonces vuelvo a sonreír.
Me he dado cuenta de que solamente necesito que estés junto a mí.
Quiero volver a verte y decirte:
«Dame tu mano, pero no me sueltes».
No hay comentarios:
Publicar un comentario