domingo, 7 de enero de 2018

Primeras líneas... (de Carla y Matteo)

Zapatos plateados de tacón lucían su corto e inocente vestido blanco; colgante de plata con una media luna relucía en su escote, y aquellos labios rojo mate resaltaban su tez blanca y su larga melena rubia, ligeramente despeinada.

Tan solo bastaron cinco segundos para comprobar que no era perfecta. Su torpeza apareció y me saludó: el tacón de aguja de su zapato plateado derecho quedó atrapado en un diminuto hueco del suelo de piedra ya desgastado de aquella céntrica calle de la ciudad de Berlín. Se partió, y ella tropezó, y al mismo tiempo que perdió el equilibrio, el Iphone blanco que sostenía su mano derecha salió disparado y cayó frente a mis pies.

Rápidamente cogí el móvil, me acerqué a ella, le ofrecí mi mano para levantarla, y tras ello, le devolví el Iphone.
- Geht es dir gut?- pregunté. Sus enormes ojos azules me miraron sorprendidos, y sus mejillas se ruborizaron.
- I don't speak German.- contestó con voz temblorosa, y entonces, comencé a sonreír porque tenía el presentimiento de que aquella chica podría ser de aquel país que tan gratas vivencias me trajo. Pero solamente era pura intuición, debido a ese acento tan hispano que delata al segundo, aunque no tardé en salir de dudas.
- Are you okay?- Ella estaba empezando a ruborizarse. Comenzó a susurrar palabras que no llegué a entender, pero sabía que habían sido pronunciadas en castellano.

Sin ni siquiera pensarlo, salió de mi boca un «¿perdona, decías algo?». En ese momento su rostro cambió de color. Sus labios no lograban articular palabra. ¡Acerté!

Una inocente carcajada se abría paso ante el silencio. Ella, también comenzó a reír; los nervios y la tensión iban quedándose a un lado.
- Me llamo Carla.- Pronunció con firmeza.

- Soy Matteo.- Enuncié con una leve sonrisa, mientras extendía de nuevo mi mano derecha, esta vez, a modo de saludo. Carla, ...

Contracciones en el corazón

Resumen del día:
- Leer poesía, a cada rato.
- Escribir mis "cosillas".
- Estudiar, lo que la cabeza permita.
- Ver películas románticas. 
- Tocar el piano y componer.

Y mientras tanto, 
contracciones en el corazón:
Hoy los latidos no fueron a mi compás. 

Al menos sé que mi corazón aún sigue vivo.

PD. ¿Habrá que tomarse la vida con humor, no?

sábado, 6 de enero de 2018

Carta a mi yo del futuro

Querido yo, te escribo esta carta desde mi cama en la madrugada más mágica del año para hablarte de algo importante, de ti.

Deja de lastimarte al pensar cómo podría haber sido tu vida, si en muchas ocasiones hubieras cambiado un NO por un SÍ, o viceversa, porque de esas decisiones, tal vez, te hubieras arrepentido más tarde. 

Recuerda que la soledad no es un enemigo más, sino el amigo más importante que tienes, ya que él hará que te conozcas a ti, más que nadie. 

Has de aprender a quererte a ti, antes que querer a los demás. Tú eres lo más importante en tu vida; tú eres el protagonista de tu historia; tú eres ÚNICO, y has de seguir siéndolo, y solamente siendo como tú eres, sin intentar hacer lo que otros hacen. Haz lo que sientas y lo que el corazón te pida, pero usa la cabeza. Sé inteligente. 

No dejes de soñar despierto, no pares de soñar, vuelve a hacerlo, tú puedes soñar. Si ahora dejas de hacerlo, tu luz se apagará. Tienes que soñar, y sé que puedes volver a hacerlo. Los sueños siempre te estarán esperando para que los cumplas. 

Tienes que volver a sonreír, como antes lo hacías. Tu sonrisa hará feliz no sólo a ti, sino a los que te rodean. Por eso tienes que volver a ser tu mismo, el de antes, el de siempre; aquel chico positivo para el que no existía lo negativo; aquel chico tímido que cuando empezaba a hablar, nadie podía pararle; aquel chico que no podía callar ante injusticias; aquel chico que lograba conseguir todo aquello que se proponía; aquel chico que vivía sin prisas, pero iba a todos sitios corriendo;  aquel chico que amaba el romanticismo; aquel chico que creía en el destino y en la palabra "maktub"; aquel chico que creía en sí mismo.

No permitas que una herida te haga daño, cúrala con poesía y con Bukowski. Desahógate con tus amigos, ellos te escucharán, no te desahogues tú solo, o al menos, haz el intento.

Llora cuando tengas que hacerlo, llora, no te contengas. Los hombres también lloramos, también sufrimos. 

Que no te duelan las canciones, y si te duelen, vuelve a escucharlas hasta que dejen de hacerlo. Pero antes, has de pisar el pasado, y caminar en el presente, sin malos recuerdos que puedan atormentarte, y sin malas hierbas que puedan destruirte. 

Escucha antes de hablar, no seas intransigente ni testarudo, reconoce tus errores, y valora las opiniones de la gente que te quiere y que te han demostrado que están a tu lado. Pero no olvides que no has de confiar en nadie, solo has de confiar en tu instinto y no regalar la confianza a quienes no la merezcan. La confianza es una de las cosas más preciadas que tienes. No la derroches. 

No pienses que no habrá nadie que sea capaz de querer y comprender a tu corazón y a tu forma de ser, porque ahí fuera hay alguien que te hará muy feliz, te amará y querrá que tú seas el padre de sus hijos, y tú sentirás exactamente lo mismo por ella. Pero no la busques, que un día aparecerá, os presentarán y en ese mismo instante, sabrás que es ella. 

Si alguna vez vuelves a recaer o a olvidar lo que tú eres, no dudes en volver a leerme. Yo siempre estaré aquí, para recordarte quien eres y para intentar hacer que aprendas de tus errores y consigas ser mejor persona. 


PD. Cree en ti y sé feliz.

viernes, 5 de enero de 2018

Que fácil se nos hizo regalar te quieros,
y que difícil se me hace olvidarlos.

miércoles, 3 de enero de 2018

Los pequeños detalles

La mayoría de las veces no nos damos cuenta de los pequeños detalles que dan sentido a la vida. Quizá, no somos capaces de apreciarlos, pero una gran parte de las personas que estamos en este mundo, vivimos rodeadas de cariño y amor, y no nos damos  cuenta.

A mi, en concreto, siempre me ha sido demasiado complicado expresar mis sentimientos, y sobre todo a mis padres, y sé que no soy el único en hacerlo, pero son las personas que nos dieron la vida y lucharon, luchan y lucharán por nosotros mientras estén en este mundo. 

Sin embargo, la cosa cambia cuando nos enamoramos de otra persona, y es que, nos es inevitable demostrar lo que sentimos, aunque a algunas personas les cueste más expresarlo, antes o después lo hacemos.

Yo, este año entre otras muchas cosas, me he propuesto decirle a mis padres, al menos, "te quiero". Aún no lo he hecho, porque me es muy difícil, pero sé que ese pequeño detalle, para ellos será algo especial, tal vez, el mejor regalo que un hijo pueda hacer.

Otro detalle que puede parecer de lo más insignificante, es dar las buenas noches, y desear felices sueños. Para mi, este detalle dejó de ser insignificante desde que conocí a esa persona que durante un tiempo me hizo feliz. Ese simple gesto me hacía ir a dormir con una sonrisa. Hoy por hoy, lo echo muchísimo de menos, aunque al menos siempre me quedará el beso de buenas noches de mi madre, que tampoco lo cambiaría por nada.

Otro gesto o detalle al que no damos demasiada importancia, es a los abrazos. Para mi era un gesto que apenas realizaba y a día de hoy tampoco lo suelo hacer, pero es un gesto que demuestra amor, cariño y apego hacia la otra persona. Además, ahora que estoy algo melancólico, me atrevería a decir que para mi, un abrazo es más importante que un beso en la mejilla o incluso en la boca. De esto me he dado cuenta no hace mucho tiempo, y es que, un abrazo es la única forma de aferrarse durante unos segundos a otra persona, y más a sabiendas de que no la volverás a ver durante un tiempo, o en el peor de los casos, nunca más.

Yo, a día de hoy, me arrepiento de no haber dado un abrazo más grande y emotivo a algunas personas que ya no están. 

Es por todo ello, que tenemos que apreciar cualquier mínimo gesto de cariño y afecto, aprender a valorar y ver todos los pequeños detalles que se presentan ante nuestros ojos, ya que nunca sabremos si se van a repetir o no. 

lunes, 1 de enero de 2018

Retos

Hoy comienza un nuevo año, que estoy seguro que será diferente al resto. Además este año no he escrito tres deseos, sino uno: «que sea un gran año», aunque el papel en el que estaba escrito no logró quemarse ni siquiera la mitad (algo insólito), por lo que no debería cumplirse, pero a mi me hace pensar que aquel deseo va a ser el primero en cumplirse, tras más de veintitantas Nocheviejas.

Quedan 365 días para hacer de este año, el más especial de mi vida. Y es que, he de confesar que en esta Nochevieja he sido algo pícaro y no sólo he escrito en ese papel, sino que he pedido doce deseos, uno por y mientras cada campanada, y estoy seguro que cada uno de ellos se va a cumplir, porque por primera vez, comí las uvas con pepitas, y eso tiene que significar algo.

Siempre dicen que el último día del año es el momento idóneo de hacer balance sobre todo lo bueno y malo que ha sucedido en ese año. Hoy 1 de enero me he dado cuenta de que lo vivido en ese año, y en concreto, en los últimos días me ha hecho aprender una gran lección: Si lees o escuchas que alguien se define como «alguien diferente», no le creas, es una trampa. Simplemente es alguien más, una persona como yo, con sus defectos y virtudes. La diferencia es que, esa persona ha terminado defraudándome y rompiéndome en mil pedazos. 

A raíz de lo anterior, he perdido, o mejor dicho, ha desaparecido esa persona «especial», y eso me ha hecho perder (de nuevo) la confianza a la hora de abrir mi corazón a alguien. Hoy por hoy, me cuesta confiar en alguien, pero al menos, he comprobado que mis amigas están también en lo malo, y hoy, me lo han demostrado. 

Y por ello, las experiencias y vivencias ya vividas, me ayudarán a afrontar nuevas situaciones y a proponerme nuevos retos, e incluso continuar retos que dejé un lado. Es por eso que hoy tengo ganas de comenzar el año a lo grande, y el primer reto comienza hoy.