lunes, 15 de agosto de 2016

Soneto en una noche de verano

Juguemos a ser dos adolescentes,
que matan la inocencia con caricias,
y envuelven corazones inocentes,
en besos que desatan evidencias.

Tenemos un verano para amarnos,
noventa noches para desearnos,
Si entonces no pudimos encontrarnos,
es el momento de poder soñarnos.

Lo malo es que el soñar te atemoriza,
y a mí eso es algo que me hace temblar,
pues solo el verte lejos me horroriza.

Debemos en tus sueños lastimar
al duende que te ha vuelto asustadiza;
unidos, para al fin poder amar.

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