lunes, 1 de enero de 2018

Retos

Hoy comienza un nuevo año, que estoy seguro que será diferente al resto. Además este año no he escrito tres deseos, sino uno: «que sea un gran año», aunque el papel en el que estaba escrito no logró quemarse ni siquiera la mitad (algo insólito), por lo que no debería cumplirse, pero a mi me hace pensar que aquel deseo va a ser el primero en cumplirse, tras más de veintitantas Nocheviejas.

Quedan 365 días para hacer de este año, el más especial de mi vida. Y es que, he de confesar que en esta Nochevieja he sido algo pícaro y no sólo he escrito en ese papel, sino que he pedido doce deseos, uno por y mientras cada campanada, y estoy seguro que cada uno de ellos se va a cumplir, porque por primera vez, comí las uvas con pepitas, y eso tiene que significar algo.

Siempre dicen que el último día del año es el momento idóneo de hacer balance sobre todo lo bueno y malo que ha sucedido en ese año. Hoy 1 de enero me he dado cuenta de que lo vivido en ese año, y en concreto, en los últimos días me ha hecho aprender una gran lección: Si lees o escuchas que alguien se define como «alguien diferente», no le creas, es una trampa. Simplemente es alguien más, una persona como yo, con sus defectos y virtudes. La diferencia es que, esa persona ha terminado defraudándome y rompiéndome en mil pedazos. 

A raíz de lo anterior, he perdido, o mejor dicho, ha desaparecido esa persona «especial», y eso me ha hecho perder (de nuevo) la confianza a la hora de abrir mi corazón a alguien. Hoy por hoy, me cuesta confiar en alguien, pero al menos, he comprobado que mis amigas están también en lo malo, y hoy, me lo han demostrado. 

Y por ello, las experiencias y vivencias ya vividas, me ayudarán a afrontar nuevas situaciones y a proponerme nuevos retos, e incluso continuar retos que dejé un lado. Es por eso que hoy tengo ganas de comenzar el año a lo grande, y el primer reto comienza hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario