Palabras indecisas se originan,
al fondo del sabor de tus caricias,
relucen y al final se difuminan,
al darnos cuenta de que son ficticias.
Tal vez el despertar con tu mirada,
es como aquella flor que resplandece;
se luce en el final de temporada
y muere cuando el viento se aparece.
Ahora, ya no sé que es lo que queda,
pues mis latidos se han desvanecido,
cual hoja seca bajo la arboleda.
Y al ver que nuestra llama ha fallecido,
nos hemos convertido en fina veda;
en dos extraños y uno, consumido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario